martes, 16 de marzo de 2010

EL BESO MAÑANERO

Ha concluido mi día y ha sido tan bueno desde que empezó. Apenas ví la luz del sol aclarar mi habitación me sentí aliviada, podía respirar tranquila. Era otro día que llegaba a mi vida y estaba agradecida, sí, como lo hago todas las mañanas cuando despierto, agradezco a la sabia naturaleza donde está Dios, por permitirme disfrutar de todas las benevolencias que me trae siempre un nuevo día. Mi respiración, es la evidencia exacta de que todavía estoy viviendo. Estoy aquí, íntegra y con mis cinco sentidos. Tengo a mis seres queridos cerca de mí. Ellos también han empezado a disfrutar de las delicias que trae el tibio beso mañanero. Cierro mis ojos y desde un rinconcito de mi corazón, pido humildemente a la sabia naturaleza donde está Dios, que todos los aconteceres durante el día, me sean aceptables, al igual para mi familia y mis semejantes.
Afortunados son aquellos que, cuando despiertan y advierten la tibieza de un rayo de sol entrar a sus moradas, o la suave brisa de un fresco amanecer, agradecen y sonríen. Infelices son aquellos que despiertan y no se fijan en esta bondad que nos brinda gratis la madre naturaleza.Como desafortunados son aquellos que despiertan y encuentran la misma soledad y desespero, luego de horas tormentosas y sufribles. La esperanza existe.

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