viernes, 18 de marzo de 2011

SI TE MALTRATA...DÉJALO.

Miles de mujeres durante siglos han sido maltratadas por sus parejas, y sin embargo la mayoría de ellas han continuando en esa situación por múltiples razones: por mantener un cómodo status, por depender económicamente de su pareja, por miedo a represalias, en caso de abandonarlo, por reacciones negativas de su familia, por temor al escándalo, porque hay hijos de por medio, porque ya se acostumbraron a ello y la última razón, por estúpidas. Oh, perdón.


Son muchas las razones por las que las mujeres pueden seguir con sus parejas. Pueden haber situaciones enfermizas que las mantiene a permanecer junto a ellos, quien sabe. Ese es otro tema largo, de mayor análisis. Son muchas las reacciones femeninas de rechazo a esta lamentable situación que han conseguido, de alguna manera, en las instancias gubernamentales, alcanzar algunos formas legales para contrarrestar su condición de maltratada. Pese a ello siguen habiendo miles de mujeres que todavía continúan viviendo bajo ese velo de hostilidad y agresión por parte de los hombres. Siguen siendo maltratadas, humilladas, abusadas y no lo denuncian. Quisiera ser un mosquito que entra a sus oídos para fastidiarlas repetidamente con las ideas de: Abandónalo, déjalo, no seas idiota, no seas burra, libérate, no seas sádica. Y tantas otras palabras de aliento, o no sé si realmente serán de aliento, puede ser que lo que realmente desean es matar a ese mosquito y seguir en la misma rutina hedionda y pasiva, y caminar como unas idiotas por la vida, sin futuro y sin el mínimo deseo de superarse y de aspirar a ser estimadas y admiradas en la sociedad y valoradas por ellas mismas. 

Admiro a aquellas mujeres valientes que sí se lanzaron al mundo de la libertad, que salieron de ese hueco profundo y ridículo y se superaron y ahora, aquellos eventos de violencia y agresividad sólo han quedado atrás en una página de un libro que ya cerraron y que no desean volver a abrir. Un aplasuso para esas mujeres inteligentes que lucharon, que estudiaron, que hicieron una carrera, que se defendieron, que salieron adelante con sus vidas, que reflexionaron ante el hecho de que la mujer no debe vivir pisoteada y violentada. Por eso aconsejo: Mujer, valórate, estudia, adquiere un buen oficio, destácate, no pretendas creer que el hombre es tu sustento básico en la vida. Lee, aprende, trabaja, defiéndete, enfréntate. No dejes que te humillen, sé fuerte, no permitas que nadie te considere menos que nadie, y si eres madre sé una gran madre, amorosa, dulce, exigente con tus hijos en sus estudios y en su conducta, para que se formen con buenos principios y valores y en un futuro no sean unos seres abusadores con el sexo contrario y aprendan a valorar y respetar y para que tus hijas en el futuro no se dejen maltratar.


Las madres debemos inculcar a nuestras hijas a estudiar una carrera y enseñarles el sentido importante del trabajo. La mujer debe tener una profesión, y estar preparada. En caso de que por razones económicas no pudo seguir una carrera académica, pues que se especialice en algo, en algún oficio que le permita trabajar, auque no sea académico, lo importante es estar preparada para el trabajo, para nunca depender económicamente del hombre, así cuando se relacione con una pareja y esta relación se convierta en un caos, o en un infierno, ella tenga una buena viga en que apoyarse: en su profesión. Ella será la más grande salvación. La familia es un apoyo, pero quien te sacará adelante será tu trabajo, tu carrera y por supuesto tu valor y tu decisión de al fin haber abierto los ojos para darte cuenta de cuán grande eres y de lo que representas para tus hijos, para la sociedad y para tí misma.

No quiero tapar el sol con un dedo, hay casos más fuertes y lamentables  donde la mujer debe mantenerse junto a su pareja porque depende de él económicamente. El caso es más grave cuando tienen hijos,. ellas necesitan mantenerse con su peor es nada, para  no morirse de hambre, pese al maltrato. Pero cuando la situación de violencia llega a casos extremos. hoy en día, la mujer puede acudir a casas creadas por el estado, específicamente, para apoyar a estas mujeres. Ellas llaman a un teléfono y son recibidas a estas casas de abrigo, con sus hijos. El personal de estas instituciones las atienden  mediante terapias psicológicas y procuran  reubicarlas  en algún lugar de trabajo. Hacen todo lo que pueden mientras deban permanecer allí, e incluso  he sabido que les ayudan a conseguir vivienda propia, todo `por mejorar su status de vida, sobre todo si es madre.

Esta es una problemática muy grande y difícil de solucionar. pero, sin embargo, las mujeres, en estos casos, deberían aprovechar todas las oportunidades que les brindan, para ayudarlas a superar   sus problemas y deberían mostrar voluntad y coraje para enfrentarnos al mundo luchando, trabajando. Algunas mujeres que llegan a estas casas de abrigo luego regresan a su situación anterior, quizás por falta de verdaderas terapias de autoestima, porque extrañan a su pareja, porque sienten que están viviendo en un encierro,  porque les falta el dinero, qué se yo.  Es un tema muy difícil de tratar. El tema de la mujer maltratada es una lacra en nuestra sociedad.  


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