Una aventura divina viví hace pocos días cuando un grupo de personas y yo viajamos hacia el Guaraira Repano, lo que antes se llamaba Cerro El Avila. Es el monte que se halla al norte de Caracas, y es bastante alto y muy extenso. Los venezolanos se sienten muy orgullosos de poseer esa montaña hermosa, porque la parte más alta de ella se ha convertido en un lugar turístico con atractivos que son un deleite para la vista, para el espíritu y para el cuerpo. Uno viaja allá y se siente como estar en otro mundo. Es un lugar muy frío y cuando amanece lluvioso, se cubre de neblina, en gran parte, pero aun así es un lugar bello, romántico, cubierto de plantas como pinos y flores y se respira un aire muy fresco, que notas en el primer segundo la diferencia comparado al smoke que dejaste atrás en la ciudad. Aquella mañana era una de esas con lluvia y neblina pero me quedé encantada ya que era la primera vez que viajaba allá y estoy segura que muy pronto regresaré a ese bellísimo lugar que todos los venezolanos y turistas deben visitar.
Para subir a la montaña debes hacerlo en teleférico, en los trencitos voladores, que ahora sé que se llaman funiculares, donde caben sólo de seis a ocho personas. Ese viaje es para disfrutarlo en grande porque vas mirando la enorme ciudad y desde allí la vista es espectacular.
POSANDO JUNTO AL ASTA DE LA GRANDE BANDERA DE VENEZUELA
Este monte se ha convertido en un Parque Nacional, digno de admirarlo. El nombre original del mismo, o sea Guaraira Repano fue dado por los indígenas que habitaban en esta serranía, que significaba "Sierra Grande". Luego fue cambiado por el de El Avila, durante la conquista española. Ahora retomó su original nombre que es Guaraira Repano. Es un lugar mágico lleno de atractivos. Dicen que en la noche es también muy hermoso visitar este lugar y mirar la ciudad desde los funiculares. Mi próximo viaje lo haré al caer la tarde, muy pronto, para descender al anochecer.
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